Cajamarca, donde comenzó la caída del Imperio Inca con la captura de Atahualpa por el conquistador Francisco Pizarro.
Visita la «Cámara del Rescate» de Atahualpa, el último vestigio de la arquitectura inca en una de las ciudades andinas más pintorescas e históricas de Perú. La Catedral de estilo barroco andino y la Iglesia de San Francisco se encuentran frente a la elegante Plaza de Armas.
A poca distancia de la ciudad, descubre los famosos Baños del Inca, aguas termales naturales que en su día fueron el refugio favorito de la realeza inca. Estas aguas rejuvenecedoras, impregnadas de leyenda e historia, proporcionan una forma perfecta de desconectar mientras conectas con el mismo paisaje relajante que disfrutaron en su día los líderes incas. Tanto si te interesa la historia, la cultura o la relajación, Cajamarca ofrece una amplia gama de experiencias. ¡Reserva hoy tus viajes a Cajamarca con Fertur!
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Enclavada en la sierra andina del norte de Perú, fuera del trillado «sendero gringo», Cajamarca se encuentra a una moderada altitud de 2.650 metros, rodeada por un verde valle.
Es un punto de partida para excursiones a la principal región lechera de Perú y a algunas impresionantes ruinas preincaicas. Cajamarca es también una puerta terrestre hacia el este, más allá del valle del Marañón, que asciende hasta la ciudad de Chachapoyas, en el bosque nuboso del norte.
Cajamarca es famosa sobre todo por ser el lugar donde en 1533 Fransico Pizarro y sus conquistadores tendieron una emboscada y capturaron al inca Atahualpa.
Hoy en día, El Cuarto del Rescate, con sus puertas trapezoidales y sus característicos muros incas, es testimonio de uno de los actos de traición más infames del mundo occidental.
Los españoles mantuvieron cautivo al emperador durante meses mientras sus súbditos reunían suficiente tesoro inca para llenar la sala hasta el techo, una vez de oro y dos de plata. Temiendo un abrumador contraataque inca si Atahaulpa era liberado según lo acordado, Pizarro ordenó la ejecución del emperador. La infame doble traición de Pizarro fue condenada más tarde por el rey Carlos en España, y en los libros de historia a partir de entonces.
Cajamarca alberga hoy la mayor mina de oro de Sudamérica. Tal vez como un eco del pasado, el oro sigue siendo tanto una fuente de riqueza como de tensiones sociales y medioambientales para esta, por lo demás, tranquila y encantadora ciudad colonial.
La Sala del Rescate es el único ejemplo de arquitectura inca que queda en Cajamarca. Los españoles derribaron la gran plaza inca donde emboscaron y capturaron Altahualpa, y utilizaron las piedras para reconstruir la ciudad en torno a una Plaza de Armas colonial.
La catedral de la plaza, iniciada en el siglo XVII, ostenta una fachada barroca y un altar mayor recubierto de pan de oro.
Frente a la Catedral está la Iglesia de San Francisco. Contiene un museo de arte religioso colonial, en su mayor parte del siglo XVII, y catacumbas con fosas funerarias ahora vacías y nichos murales donde aún están enterrados frailes franciscanos.
A pocas manzanas está El Conjunto Monumental de Belén, otro monumento histórico colonial del siglo XVII compuesto por un hospital y una iglesia del siglo XVII con una elaborada fachada barroca modelada en roca volcánica.
Desde la esquina sur de la plaza, puedes ascender por unas empinadas y zigzagueantes escaleras hasta el Cerro de Santa Apolonia para disfrutar de una espectacular vista panorámica de la ciudad. Además de una pequeña capilla y cuidados jardines, también hay dos altares de piedra tallada conocidos como la Tiana de Rumi, o «asiento de piedra».
Se cree que aquí los sacerdotes del imperio inca realizaban rituales y se dice que Atahualpa utilizaba esta atalaya para pasar revista a su ejército.
De excursión por Cajamarcasin duda debes aventurarte unos kilómetros al este de la ciudad hasta las aguas termales naturales donde se dice que el emperador inca se estaba bañando con sus concubinas cuando le avisaron por primera vez de que los españoles estaban de camino.
Hoy Baños del Inca es un relajante y divertido complejo de baños públicos y saunas privadas, varios restaurantes y el lujoso Hotel y Spa Laguna Seca.
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